LUGAR : biblioteca de Filosofía y Letras de la UNAM
FECHA: viernes 10 de junio.
En realidad ese día sólo quería leer un rato y contrario a lo que normalmente ocurre en la UNAM encontré fácilmente un lugar libre para hacerlo. Elegí con calma una mesa en un rincón al que aún llegaba un suave rayo de sol y donde no se escuchaban las voces de los pocos estudiantes-transeúntes-visitantes que recorrían sonámbulos los pasillos de la facultad. Creo que leí alrededor de una hora y cuando me disponía a partir mis ojos se toparon con un papelito pequeño en el que se amontonaban las palabras. Lo tomé, lo leí y decidí guardarlo (ya verán porqué).
Al leerlo se me ocurrieron algunas cosas que enumero a continuación:
- Quizás ese papel era sólo la forma más rápida de conservar algunos datos que su dueño original debía memorizar mientras caminaba (demasiada ingenuidad).
- Podía haber sido empleado por un estudiante para explicarle a otro algo qué se había perdido por ausentarse de la última clase y que seguro iba a salir en el examen final (probable).
- Tal vez el estudiante ese día no llevó la libreta en la que apuntaba la información de esa materia y dada la importancia de los datos decidió hacerlo en el único fragmento de papel que le quedaba desocupado en la hoja de apuntes de otra materia. Luego, al pasarlo en limpio al lugar correspondiente, lo arrancó sin compasión y lo dejó abandonado en aquella mesa (exagerado)
- También podía ser una simple copialina (acordeón) que ya había cumplido su misión y que había terminado abandonado (mucho más creíble).
En cualquier caso, ninguna de la opciones anteriores terminó por ser totalmente cierta -ya verán porqué-. Como les decía, los curiosos datos del papelito me llevaron a guardarlo hasta hoy, y sin más preámbulos aquí se los presento acompañado de otros objetos:
Existe un elemento común en los miles de textos que se encuentran en la red sobre numismática: en todos ellos tienden a definir a las monedas como elementos o piezas resistentes que han servido históricamente para realizar intercambios o transacciones comerciales. En mi caso, creo que el intercambio ocurrió aquella mañana en la que alguien abandonó su "copialina" en la mesa que yo ocuparía más tarde. Aquel encuentro me hizo leer muchos textos, me generó muchas preguntas y obviamente me divirtió largas horas.
No estoy segura qué estudiaría el primer dueño de la "copialina", me gusta imaginarme que no es economía, y que tal vez alguna vez perteneció a un filólogo que intentaba conocer las monedas de una época específica para entender mejor un texto. En cualquier caso, si mi famoso papelito era una "copialina" creo que el estudiante reprobó su examen porque para empezar no existen los ábolos, en cambio sí existen los óbolos.
Los óbolos eran monedas griegas, de plata y cuyo valor era una sexta parte de un dracma. Sin embargo, no fue en Grecia donde por primera vez se acuñaron monedas de carácter oficial, esa genialidad comercial que se ha mantenido vigente hasta hoy fue inventada en Lidia (hoy Turquía). Eran acuñaciones de plata y oro en las que se estampaba el sello del león del rey y que más tarde copiarían en China y Grecia. Los griegos popularizaron el uso de las monedas que viajaban con ellos y en las que se terminó estampando algo característico del pueblo, lugar o gobierno del sitio de acuñación, lo que permitió que fueran pequeñas cartas de presentación para los comerciantes y elementos históricos para el mundo.
Investigué mucho sobre mi papelito y ahora sé que en él hay imprecisiones o errores. Pero eso ya no me importa porque su encuentro me permitió viajar por el tiempo, ver cuáles eran los famosos talentos de los que tanto hablaban en la Biblia y apreciar la historia que se esconde en esos elementos cotidianos que a diario pasan de mano en mano sin que les prestemos demasiada atención.
Acá abajo dejo el enlace de dos páginas que quizás les interese y que vale la pena mirar al menos rápidamente (tienen imágenes):
Monedas de la antigua Grecia extraída de aquí
Numismática
morra saca tus denarios y vamos al cine mañana. sácalos todos pa que me invites :)
ResponderEliminarOiga, cuando los saco usted no puede ;) y recuerdo su voz a través del móvil diciendo "sí voy, no voy, sí, no, espérame, no, creo que no puedo, tengo mucho que leer" :P Lo quiero Don Nano.
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