I
Esta entrada surge de un texto que Milena me confió hace un par de meses o, quizá se lo debo a la conversación sobre sueños rotos que tuve con mi madre durante las vacaciones... Miento, en realidad surge del detestable y falso cabello rubio de la novia(¿?) de un amigo... No, en realidad la culpa la tiene esa -ya famosa- película en blanco y negro. Aunque... Si lo pienso con calma, creo que nace de una exposición a la que no podré asistir... En fin, todo surge de Lost in Translation.
II
Yo nunca quise ser fotógrafa y siempre supe que Mile sí lo era.
Yo quise ser la rubia en una de las películas de Hitchcock, pero sin ser rubia.
Yo quise ser faraón egipcio, chelista y arqueóloga.
Yo quería ser el malo de una película del Oeste.
Yo siempre quise ser astronauta y futbolista.
Yo quise ser Clara Schumann y Alma Mahler.
Yo quise ser un cuadro de Modigliani y un ángel de Chagall.
Yo quería ser la Olympia de Manet.
Yo soy la lectora del cuadro de Hopper.
Yo soy a quien no retrató Balthus.
Yo soy la chica de la bolsa.
Yo soy un número de Fibonacci.
Yo soy un muñequito animado.
Yo nunca quise ser fotógrafa.
Yo siempre supe que Mile sí lo era.
III
En su página personal él empieza diciendo que pinta ideas de plata... Y entonces Mile ya sabe a lo que se refiere. El País lo llama "especialista del engaño". Pero para mí no es más que un niño que quiso -como yo- ser el ilusionista del circo.
Los objetos, la vida, la cotidianidad.
Chema Madoz es madrileño, y hay tanto sobre él en la red que prefiero ahorrarme el trabajo de pegar aquí un vínculo inútil.
Chema, es mi regalo en la distancia para alguien a quien en unos años espero encontrar con la misma cantidad de resultados en google o cualquier buscador del momento.
Chema es quien dice que "Con el color siempre puedes datar una imagen, pero el blanco y negro es más intemporal. Además, es una reelaboración de la realidad. Al carecer de color, las imágenes pertenecen a un territorio distinto que tiene que ver más con lo imaginario."
Chema me recuerda que mis últimas fotografías en blanco y negro con cámara análoga fueron en París, y que ninguno de ustedes sale en ellas.
Chema, Milena y yo... Las palabras, las luces y los días.
Chema Madoz en Madrid, Milena Amaya en Buenos Aires y Alejandra Saavedra en el Distrito Federal.
Chema Madoz...
Nunca quise ser, quise ser, quería ser, siempre quise ser, quise ser, quise ser, quería ser, yo soy, yo soy, yo soy, yo soy, yo soy, nunca quise ser, siempre supe... Una autobiografía de contrastes posibles e imposibles: el “detestable y falso cabello rubio de la novia (?) de un amigo” se enreda, se entreteje, con “[y]o quise ser la rubia en una de las películas de Hitchcock, pero sin ser rubia”. Hay rubias y hay rubias, es evidente. Hay morenas y morenas, ¿es tan evidente?
ResponderEliminarNo lo sé, yo sólo soy un muñequito animado.
ResponderEliminarPero, cómo, el cabello de los muñequitos animados, especialmente, el de los que escriben, puede ser moreno, puede ser rubio, puede ser moreno teñido de rubio o, en fin, rubio teñido de moreno, ¿no?
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