30 noviembre 2010

Gomitas en el escritorio



Hoy recorde una margarita, hoy recorde que lo quiero y que nunca he podido decirlo cuando está a mi lado. Volví a encontrarlo en ese lugar distante y agradecí las palabras.



Durante algunos días pensé que había cometido un error, que había derramado el té sobre el mantel y que por la fuerza de los últimos acontecimientos lo mejor sería no acercarme en un tiempo a este "mini" espacio virtual. Sin embargo, las casualidades tocan a la puerta y me avisan que debo seguir. Aún así quiero disculparme -anticipadamente- por si llego a caer en el lastimero tono del diario íntimo, en el incómodo lugar de las confesiones o en el poco justificable estílo "yoista" que todos saben, me incomoda.

Esta entrada no será más que un agradecimiento por las palabras, las sonrisas y las flores. Es un atento beso a todos mis amigos que cabalísticamente llevan un mismo nombre y que me han regalado años maravillosos. A quien me enseñó cómo se escribe una carta a los reyes y a quien comparte conmigo sonidos y lecturas. Un abrazo a la mascota y a su dueño. Y finalmente un homenaje póstumo al mecenas que me ayudo desinteresadamente para tener un año más de esta -ya no tan nueva- vida.

2 comentarios:

  1. voto en contra de los diarios íntimos de tono lastimero, o a los tonos íntimos del diario lastimero. voto en contra pero, es lo que hay.
    mmmh... ¿y cual es el nombre cabalístico?

    ResponderEliminar
  2. y caeremos en el lugar común del diario íntimo para reivindicar la memoria, las imagenes y la literatura. Hermoso blog. Un abrazo

    ResponderEliminar